Javiera Figueroa, People & Culture Manager en fivana, reflexiona sobre el Día Internacional de la Mujer.
Este 8M es uno de los más significativos que hemos vivido, no solo por la situación de conflicto bélico en Ucrania, sino porque en 2022 ya se ven las consecuencias económicas de la pandemia a nivel mundial y local.
Las mujeres fueron las más perjudicadas en los últimos años. Las brechas de género se ampliaron, en términos salariales y de puestos de trabajo. En Chile, el Informe de Género de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), indicó que la participación femenina en la fuerza de trabajo cayó desde un 53% en 2019 a un 46% en 2020. Un retroceso de 10 años en materia de inclusión. Además, la ONU reportó en noviembre 2021 un aumento en la violencia contra la mujer, dentro y fuera del hogar.
Por eso, cada esfuerzo que hagamos hoy, mañana y siempre, para mejorar la condición de cada una de nosotras, es un paso relevante para generar mayor conciencia e inclusión.
Desde fivana, y junto a Women in Fintech Chile, hemos trabajado para crear empleos de calidad para más mujeres, chilenas y migrantes, que son clave para el desarrollo y la sostenibilidad de nuestra industria. Incorporando mujeres, madres y jefas de hogar, a través de políticas de trabajo que les permiten crecer personal, familiar y profesionalmente.
Como industria debemos abrir espacios y realizar los ajustes necesarios para seguir mejorando la adaptabilidad laboral que, a nuestro juicio, es una herramienta que construye mejores lugares de trabajo, más consientes y productivos, con colaboradoras más responsables y comprometidas. Junto con ello debemos construir una oferta laboral que llegue a más mujeres y que sea consistente tanto para las empresas como para las mujeres y las nuevas familias.
Este 8M es uno de los más significativos, porque además vienen cambios relevantes en el país. Un gobierno que apuesta por paridad, con una Convención Constitucional paritaria y un Parlamento con mayor presencia de mujeres. (55 diputadas y 12 senadoras). Es de esperar que la mayor presencia se transforme en cambios reales y tangibles para mujeres y que aporten al crecimiento de todo el país. De lo contrario solo será una buena cifra de representación femenina irrelevante.
En el sector financiero la tarea es grande. Según cifras de la OCDE, Chile ocupa el lugar 33 de 37 países en participación femenina en altos cargos en instituciones financieras. Solo 1 de cada 10 mujeres en el país está en la plana mayor de una empresa del sector.
Por eso, cada paso que demos, nos acercará hacia una industria más inclusiva, con más oportunidades simétricas para más mujeres, y donde la retórica se transforme en realidad para que avancemos hacia otro tipo de conversaciones.